Archivo mensual: septiembre 2021

Bodegas Murviedro o una historia de poliamor

A veces, un encuentro casual con un vino provoca «un amor a primera vista» ¿os ha pasado alguna vez? Algo así nos pasó a nosotr@s con el Sericis Cepas Viejas de Monastrell de Bodegas Murviedro y, como en las relaciones humanas, quisimos saber más de este vino… siendo víctimas del poliamor en el proceso.

Su nombre y su etiqueta se enraizaban con la historia del Reino de Valencia y nos trasportaban a antiguos talleres de seda y a bellos tejidos. Su sabor nos hablaba del respeto a las variedades autóctonas, de su apuesta por las cepas viejas y de innovación desde la tradición.

Y el amor por este vino nos llevó a descubrir su Bodega Histórica, escondida bajo tierra, en pleno casco antiguo de la ciudad de Requena. Un espacio lleno de misterio en el que vivir una más que enriquecedora enoexperiencia.  Un entramado de cuevas excavadas pico y pala en toba caliza arcillosa permite descubrir el paso del vino en sus diferentes etapas en una bodega de antaño que se conserva en su estado original. Un veradadero tesoro subterráneo donde el tiempo se detiene, y solo se respira la quietud y la constante temperatura en la que el vino guarecía en grandes tinajas.

¡Un inesperado viaje al pasado con el que descubrir su histórica conexión con el mundo del vino: el misterio del origen de sus cuevas y su relación con la vitivinicultura desde el siglo VI a.C.! … para “morir de amor” 😊

 El disfrute de esta bodega nos regaló, además, el descubrimiento de otros interesantes vinos cuyos nombres, también en latín, nos hablaban de coraje en tiempos de reconquista o de la necesidad preservar la tierra y las tradiciones para transmitirlas a las futuras generaciones … Audentia, Galeam, … ¡en el competitivo mundo del vino todo suma! ¿no os parece? Y, desde luego, la a puesta por las cepas autóctonas y armonizar botellas y etiquetas con la historia y la tradición confeccionando un relato,  bien puede suponer un mejor posicionamiento del producto. Así lo creemos nosotros 😉  

Las imágenes, hablan más que las palabras así que ahí van algunas de las instantáneas que hicimos durante la “Visita Premium” ¿es o no para que acrecentar nuestro amor? Aunque, lo mejor, amigos winelovers, es que disfrutéis de la experiencia.

Y desde luego, que catéis más pronto que tarde “la niña bonita” de la bodega, su “La Casa de la Seda -Bobal-“. ¡¡no enamorarse de este vino es imposible!! Un vino muy pero que muy especial que se elabora con cepas casi centenarias de muy bajo rendimiento procedentes de la Finca El Ardal – un auténtico patrimonio enológico plantado en 1923-. Un vino que es el resultado de un cuidadoso ensamblaje tras su fermentación con levaduras salvajes y su reposo en fudre de roble francés, tinaja de barro y depósito de hormigón – tres tipos de depósitos tradicionales que lo afinan sin enmascarar fruta y terruño-. Complejidad y unicidad bien podrían ser sus señas de identidad… Enamoran su intenso color púrpura propio de la variedad bobal y sus aromas a fruta negra y frutos del bosque, con recuerdos a hierbas aromáticas y flores como violetas, y  suaves toques a especias ¿azafrán?, sorprendiendo su ligera pero notable mineralidad. Y en boca, buena acidez, equilibrio y sedosidad ¡haciendo honor a su nombre!. Un vino muy interesante por su frescura, mineralidad y su punto goloso. Ampliamente reconocido y premiado, es, actualmente, el vino icónico de la Bodega que tiene en su Bodega histórica su casa, La Casa de la Seda.

Pues sí, como podéis suponer, la búsqueda y el disfrute de esta visita nos llevó a creer en el poliamor (en clave de vino) … ¡¡Salud y a seguir sumando experiencias enoturísticas y catas de vino!!

Brindemos por muchas más historias de amor con el vino como protagonista ❤